Bandera Tercios
Tercios

Los Tercios y su anécdotas

La infantería legendaria





Origen de los Tercios

Aunque fueron oficialmente creados por Carlos I de España, tras la reforma del ejército por un decreto dirigido al Virrey de Nápoles de 23 de octubre de 1534 y la ordenanza de Génova de 15 de noviembre de 1536, donde se emplea por primera vez la palabra tercio, como guarnición de las posesiones españolas en Italia y para operaciones expedicionarias en el Mediterráneo, Carlos I en sus ordenanzas de 1534 y 1536 organizaba su ejército en tres tercios: uno en el reino de Sicilia, otro en el ducado de Milán y otro en el reino de Nápoles. En realidad, se comenzaron a gestar en la península. Durante el reinado de los Reyes Católicos y a consecuencia de la guerra de Granada, se adoptó el modelo de los piqueros suizos, poco después se repartían las tropas en tres clases: piqueros, escudados (espadachines) y ballesteros mezclados con las primeras armas de fuego portátiles (espingarderos y escopeteros). No tardaron mucho en desaparecer los escudados y pasar los hombres con armas de fuego de ser un complemento de las ballestas a sustituirlas por completo. Los tres primeros tercios, creados a partir de las tropas estacionadas en Italia, fueron el Tercio Viejo de Sicilia, el Tercio Viejo de Nápoles y el Tercio Viejo de Lombardía. Poco después se crearon el Tercio Viejo de Cerdeña y el Tercio de Galeras (que fue la primera unidad de infantería de marina de la Historia).

Milagro de Empel

En la actualidad, la patrona de la Infantería Española es la Inmaculada Concepción. Este patronazgo tiene su origen en el llamado Milagro de Empel durante las guerras en Flandes. El 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla combatía en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, bloqueado por completo por la escuadra del Almirante Hollock. El bloqueo se estrechaba cada día más y se agotaron los víveres y las ropas secas. El jefe enemigo propuso entonces una rendición honrosa pero la respuesta española fue clara: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante tal respuesta, Hollock recurrió a un método frecuentemente utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio. En ese momento crítico, un soldado del Tercio que estaba cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada: «Este tesoro tan rico que descubrieron debajo de la tierra fue un divino nuncio del bien, que por intercesión de la Virgen Maria, esperaban en su bendito día». Un viento completamente inusual e intensamente frío se desató aquella noche helando las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Hollock llegó a decir: «Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro». Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia, la flor y nata del ejército español.

Irse a la porra

El sargento mayor de cada Tercio dirigía los compases de sus hombres moviendo un gran garrote, una especie de antecedente de la batuta de orquesta que recibía el explícito nombre de porra. Cuando una columna en marcha hacía un alto prolongado, el sargento mayor hincaba en el suelo el extremo inferior de su porra distintiva para simbolizar la parada. En su inmediación se establecía rápidamente la guardia, encargada de custodiar los símbolos más preciados del Tercio: la bandera y el carro donde se llevaban (cuando había) los caudales. También quedaban bajo su vigilancia los soldados arrestados, que durante ese descanso debían permanecer sentados en torno a la porra que el sargento había clavado al principio. Eso equivalía por tanto a «enviar a alguien a la porra» como sinónimo de arrestarle. Esta irónica pero curiosa locución tuvo bastante éxito, por lo que pasó a engrosar la riqueza léxica del español originando el actual y despectivo «¡vete a la porra!».

Me importa un pito

El pífano o el "pito" era el chico que tocaba tal instrumento en el ejército. Su paga era muy baja. Por tanto cuando utilizamos la expresión "me importa un pito" damos a entender que le damos muy poco valor al asunto.

Expresiones de Flandes

Otras expresiones directamente relacionadas con las guerras de Flandes y los Tercios han marcado profundamente la lengua española. Por ejemplo, en el caso de frases tan comúnmente usadas por los hispanohablantes como «Se armó (o se armará) la de San Quintín» (que alude a la batalla que tuvo lugar el día de San Lorenzo 10 de agosto de 1557, ganada por las armas españolas de Felipe II contra los franceses, y en la que los Tercios estuvieron dirigidos por Manuel Filiberto, duque de Saboya) o «pasar por los bancos de Flandes»(que significaría superar una dificultad, lo que vendría de su similitud con una zona peligrosa en el mar de Flandes, las casas bancarias flamencas y los muebles fabricados con pino de Flandes). Recordemos, también, la que expresa «poner una pica en Flandes» (como sinónimo de algo sumamente dificultoso o costoso, refiriéndose a los gastos y esfuerzos que suponía el envío de los Tercios). Cervantes usó (y tal vez legó definitivamente al español) varias expresiones similares en El Quijote: la expresión que utiliza el personaje de Sancho Panza cuando afirma que «pues si yo veo otro diablo y oigo otro cuerno como el pasado, así esperaré yo aquí como en Flandes», lo que equivale a decir «en cualquier parte». Finalmente, la expresión «en Flandes se ha puesto el sol» proviene del título de una obra teatral firmada por Eduardo Marquina (1879-1946), y viene a simbolizar el ocaso del poderío hispánico en los Países Bajos tras la crisis económica y social que desataron los conflictos bélicos y religiosos durante más de dos siglos.

Grandes frases pronunciadas por extranjeros en referencia a España y a los españoles.

“Los españoles tuvieron una clara superioridad sobre los demás pueblos: su lengua se hablaba en París, en Viena, en Milán, en Turín; sus modas, sus formas de pensar y de escribir subyugaron a las inteligencias italianas y desde Carlos V hasta el comienzo del reinado de Felipe III España tuvo una consideración de la que carecían los demás pueblos.”
Voltaire

“La Humanidad debe gratitud eterna a la Monarquía española, pues la multitud de expediciones científicas que ha financiado ha hecho posible la extensión de los conocimientos geográficos.”
Alexander von Humboldt

“Este hombre, el azote de su tiempo, por su ansia de gloria, por la prudente tenacidad de su carácter, por su heroica valentía, fue uno de los milagros de Dios.”
Cronista musulmán refiriéndose al Cid Campeador

“La ambición de los españoles, que les ha hecho acumular tantas tierras y mares, les hace pensar que nada les es inaccesible.”
Dumplessis-Mornay

“Si queremos dominar el mundo, antes debemos anexionarnos a los vecinos del sur, su arrojo y valentía nos dará las victorias que necesitamos.”
Napoleón Bonaparte
“A los españoles les gusta renegar de su país y de sus instituciones, pero no permiten que lo hagan los extranjeros.”
Napoleón Bonaparte

“Hacen falta muchos medios para someter a España… este país y este pueblo no se parecen a ningún otro. No hay un solo español para defender mi causa.”
José I Bonaparte

“Tengo por enemigo a una nación de doce millones de almas, enfurecidas hasta lo indecible. Todo lo que aquí se hizo el dos de mayo fue odioso. No, Sire. Estáis en un error. Vuestra gloria se hundirá en España.”
José I Bonaparte

“Tan cierto es que los españoles aspiran al dominio mundial, como que solo su escaso número se lo impide”
Cardenal Richelieu

“Donde un español no llega con la mano, llega con la punta de su espada”
Embajador español en la corte de Luis XIV

“Cuando veáis a un soldado desaliñado, indisciplinado y sin afeitar, cuadraos. Es un héroe español. Son valientes, duros, no ceden ante nada, ¡que orgullo me da que los españoles estén con nosotros!
General alemán Sepp Dietrich

“Ni hablar. Los españoles ya gobernaron una vez el mundo, son el único pueblo mediterráneo verdaderamente valiente e inmediatamente organizarían guerrillas en nuestra retaguardia. No se pueden entrar en España sin permiso de los españoles.”
Adolf Hitler a sus generales cuando le propusieron invadir España.
“Con soldado español y mando alemán conquistaré el mundo”.
Adolf Hitler

“Hay un momento superior en la especie humana: la España desde 1500 a 1700”
Historiador francés Hipólito Taine

“No conoce Italia y no la ama, quien no ha probado primero España”
Proverbio italiano

Frases que se decían en los Tercios españoles o sobre ellos.

“Los mejores soldados existentes en la Cristiandad.”
Conde Leicester, adversario de los Tercios de Alejandro Farnesio.

“Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro.”
Almirante holandés Holak

“A los españoles por mar los quiero ver, porque si los vemos por tierra, que San Jorge nos proteja.”
Oficial británico

“España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura”
Frase de los Tercios

“Más vale morir con honra que vivir deshonrado.”
Hernán Cortés

“Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos.”
Tercio de Zamora a las órdenes del maestre de campo Francisco de Bobadilla.

“Quien tenga honra que me siga.”
María Pita animando a los vecinos a defender la ciudad de La Coruña cuando fue atacada por Francis Drake.

”No hay puñado de tierra sin una tumba española.”

“..un cuerpo de hasta diezmil soldados, magnifico y bien provisto, sin la menor tacha ni en las armas, ni en el alarde de vestuario ni en la calidad y virtud de los hombres, y tampoco en el abastecimiento de viveres o en las pagas; y hasta en sus cortesanas, que en su ornato parecian princesas… Y al pasar cerca de la frontera de Francia, por Lorena, los caminos se abarrotaban de la gente que fue a contemplarlos.”
Pierrre de Bourdille

“cinco mil españoles que eran a la vez cinco mil infantes, y cinco mil caballos ligeros y cinco mil gastadores y cinco mil diablos”

Almirante francés sobre la gesta del milagro de Empel, 1585
“España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura.”
Lema de los Tercios

“seis horas enteras sin perder pie, atacados dieciseis veces, con furia y tesón no creible; tanto que decían los alemanes que los españoles peleaban como diablos y no como hombres, estando firmes como si fueran paredes”.
Un cronista de la época sobre los españoles en la Batalla de Nordlingen.

“Nunca nos habíamos enfrentado a un soldado de infatería como el español. No se derrumba, es una roca, no desepera y resiste pacientemente hasta que puede derrotarte”
Batalla de Nordlingen Un coronel sueco.